Cuenta la leyenda que, en el siglo XIX, durante las guerras carlistas, los liberales de Oviedo aprovecharon una comida (en la que se sirvieron garbanzos con bacalao y espinacas) para arrebatarles las armas a sus enemigos. Lo consiguieron de forma pacífica, gracias al ingenio, y es por eso que, desde entonces, cada 19 de octubre la capital asturiana celebra el desarme:
La tradición de desarmar, se basa en la historia oral de la ciudad, a veces muy adornada, porque hay pocos documentos que señalen el origen real del menú. ¿1836? ¿1856?. Un menú al que, con el tiempo, se han hecho también imprescindibles los callos asturianos y el arroz con leche. Tres platos de cuchara convertidos, junto a la fabada o la sidra, en emblemas gastronómicos de Asturias.
Certezas, de hecho, solo hay dos: que el primer desarme se produjo en el contexto de las guerras carlistas, a mediados del XIX..., y que los asturianos aprovechamos cualquier motivo para convertirlo en una fiesta gastronómica.